MAYAS II
Se habla y escribe tanto sobre educación en el mundo, los
políticos no cesan de decir que la juventud es el futuro de la patria, pero se
hace realmente tan poco, que todo se
convierte finalmente en un eslogan politiquero.
Martí decía sabiamente: “Recogerá Hombres quien
siembre escuelas”, pero esto solo es verdad, cuando en esas escuelas se siembre
a su vez en esas ávidas mentes infantiles, la semilla del beneficio común,
entonces es cuando brilla en todo su esplendor lo que decía Jesus hace más de
dos mil años: “Y le preguntó uno de ellos, tentándole: Maestro, ¿cuál es el
mandamiento más grande de la ley? El le dijo: Amarás al Señor, tu Dios, con
todo tu corazón, con toda tu alma y con toda tu mente. Este es el más grande y
el primer mandamiento. El segundo, semejante a este , es: Amarás al prójimo
como a ti mismo. De estos dos preceptos penden toda la Ley y los Profetas” (Mt. 22, 35-40).
Todos pensamos equivocadamente que la escuela y los centros
educacionales educan, craso error, en
general con mayor o menor calidad, ellos instruyen, pero NO EDUCAN.
En nuestra cultura la
“educación” se ha convertido en un negocio, las principales “empresas” de ese
tipo, pertenecen a la Iglesia, que como dispone de incalculables fondos
económicos, puede permitirse el lujo de
edificar solidas construcciones muy bien equipadas, escoger capacitado personal
pedagógico, que con disciplina casi militar, imparten los conocimientos de las
distintas ciencias, eso sí, a precios
muy altos de ingreso y mensualidades más altas aun, lo cual es una
eficiente compuerta, que impide el ingreso a la capa media de la población,
convirtiéndose estos centros en instituciones de elite, para los millonarios, o
dicho de otro modo, exclusivo para los “hijitos de papa”.
En las culturas pre americanas, donde no existía la propiedad
privada, y el punto de vista de la educación era de cara a la naturaleza y al
cosmos, la educación comenzaba por OBLIGACION
en los hogares. El Estado velaba muy celosamente este aspecto, asi la
ley decía que: “Si un muchacho comete un delito, castíguese al muchacho, y con
igual pena AL PADRE O TUTOR”.
Cuando el niño tenía uso de razón, lo situaban frente a una
plantita de maíz y le decían: “Mira esta plantita de maíz que empieza a crecer,
porque ha llovido y el sol la alumbra. Aprende bien, que la lluvia, el sol el
aire y la tierra, trabajan JUNTOS para lograr que la plantita crezca, y se desarrolle y de sus
jugosos y nutritivos frutos. De esos frutos tú te alimentas, por lo tanto, en
ti hay algo que te dieron la lluvia, el sol, el aire y la tierra, por lo
tanto, tu estas formado, pues, por la
cooperación de todos los elementos de la naturaleza, incluyendo la luz del sol,
que ahora todo se halla en tu propio cuerpo. Comprende esa maravilla que
Dios te regala”.
Asi, de esta forma integral, se formaba la conciencia del
hombre antes de la conquista.
¡Que profundidad en la enseñanza practicaban esos “indiecitos
ignorantes”, como son definidos por los “cultos habitantes” de estas “cultas
naciones” que conforman en pleno siglo veintiuno, el absurdo rompecabezas del
mapa del continente americano!.
+++
Marsanrec.
(Continuara)
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