viernes, 10 de agosto de 2012

COMO PRACTICAR EL EVANGELIO EN EL HOGAR


EL EVANGELIO EN EL HOGAR


"Cuando el Evangelio penetra en el hogar, el corazón abre más fácilmente la puerta al Divino Maestro.”
Emmanuel (“Jesús en el Hogar”)

 









“Los lazos sociales son necesarios para el progreso y los lazos de familia tornan más estrechos los primeros. He aquí por qué los segundos constituyen una ley de la Naturaleza. Dios quiso que, de tal manera, los hombres aprendieran a amarse como hermanos.”
Allan Kardec (El Libro de los Espíritus, Ítem 774)




Se entiende por “Evangelio en el Hogar” la reunión de la familia, en el día y la hora previamente establecidos, para el estudio del Evangelio a la luz de la Doctrina Espírita y para orar en conjunto.

El “Evangelio en el Hogar” tiene por finalidad:

1. Estudiar “El Evangelio según el Espiritismo” de manera secuencial, para comprender las lecciones de Jesús “en espíritu y verdad” y aplicarlas en la vida cotidiana.

El Evangelio bien comprendido puede ser mejor sentido y ejemplificado.

2. Crear el hábito del estudio y la oración en familia, para fortalecer la amistad y el sentimiento fraternal que debe existir en cada uno y unir a todos.

Los corazones que vibran unidos fortalecen los lazos del amor.

3. Crear, en el ambiente doméstico, momentos de paz y comprensión e higienizar el Hogar mediante pensamientos y sentimientos elevados, lo que facilita el amparo de los Mensajeros del Bien, que vienen en nombre de Jesús.

Cuando Cristo entra en la casa, el Hogar se transforma en un templo de Luz.

4. Fortalecer, en los integrantes del Hogar, el coraje y la esperanza, la alegría y la buena voluntad para con todos, necesarios para superar las dificultades materiales y espirituales.

Vibraciones afianzadas en el Bien robustecen el alma para las luchas redentoras.


CÓMO REALIZAR EL “EVANGELIO EN EL HOGAR

1. Escoger un día y una hora de la semana en que sea posible la presencia de todos los familiares, o de la mayor parte de ellos, inclusive de los niños.

Respetar rigurosamente el día y el horario establecidos para el
Evangelio en el Hogar.

2. Reunir a los familiares y amigos que estuvieren presentes en un lugar de la casa donde puedan estudiar y orar con tranquilidad, sin ser interrumpidos.

Nada debe interferir en la realización de la reunión: ni visitas, ni llamadas telefónicas, ni conversaciones.

3. Colocar un pequeño vaso con agua para ser fluidificada, por cada persona presente.

Esa agua, ingerida, será transmisora de fluidos revitalizantes.

4. La reunión podrá ser dirigida por el responsable de la familia o por quien él determine. El director elegirá a quienes harán la oración inicial, la lectura, la vibración y la oración final de la reunión.

La organización en las funciones y la disciplina darán mayor seguridad, y permitirán un mejor aprovechamiento de la reunión.

5. Iniciar la reunión con una oración breve, simple y espontánea en la que el corazón, más que las palabras, solicite la presencia de Jesús y de los Amigos Espirituales que velan por el Hogar.

El pensamiento bien orientado atraerá las bendiciones de lo Alto.

6. Hacer una lectura, en secuencia, de un párrafo de “El Evangelio según el Espiritismo”. A continuación cada participante procurará comentarlo con simplicidad, buscando la esencia de la enseñanza evangélica y su aplicación en la vida diaria.

Cada uno debe comentar el párrafo que más lo ha conmovido, o que le pareció más bonito e importante, de modo tal que todos puedan expresarse con simplicidad y sin inhibiciones, para que el tema quede bien comprendido.

7. Hacer las vibraciones. Con palabras sencillas el participante encargado de hacerlas, conducirá los pensamientos de todos en beneficio:

a) de la protección del hogar, mediante el pedido de amparo espiritual para envolverlo en vibraciones fraternas;

b) del amparo a los familiares, presentes y ausentes, a los amigos y los vecinos;
c) de la asistencia espiritual a todos los enfermos, a los ancianos, a los niños, a los jóvenes, a los no encarnados, a los toxicómanos, a los encarcelados, a los suicidas, etc.;

d) de casos especiales;

e) de paz para su barrio, su ciudad, su país y el mundo entero;

f) de la fluidificación del agua y del pase espiritual a los presentes.

La vibración de amor es el vehículo natural de la paz.

8. Hacer la plegaria de cierre, con palabras sencillas de agradecimiento a Dios, a Jesús y a los Amigos Espirituales.

La oración es la llave que abre las puertas al socorro Divino.


RECOMENDACIONES:

•  No admitir conversaciones poco dignas antes, durante o después de la reunión.

No permitir comentarios poco edificantes sobre tragedias, personas o religiones.

No suspender la reunión por causa de visitas inesperadas (éstas serán invitadas a participar), paseos o acontecimientos banales.

Los niños presentes serán invitados a participar de las actividades de la reunión, con una canción o poesía de contenido moral elevado, o bien con una narración o una plegaria; incluso pueden participar de los comentarios, de acuerdo con su edad, capacidad y posibilidades.

La reunión deberá tener una duración mínima de 30 minutos y una máxima de 1 hora.



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